El BCE baja los tipos del 0,25% al 0,15% y coloca la tasa de depósitos en niveles negativos
Mario Draghi comparece ante la prensa tras la reunión del BCE.
El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido recortar los tipos de interés e inyectar liquidez en el mercado para animar la actividad en la eurozona y minimizar los riesgos de deflación. Concretamente, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo ha recortado este jueves los tipos hasta situarlos en un nuevo mínimo histórico del 0,15%, y ha colocado por primera vez en la historia la tasa de depósitos en niveles negativos, cumpliendo así con las expectativas de los mercados, que daban por descontadas estas medidas. Además, Mario Draghi ha anunciado que la entidad llevará a cabo este año dos inyecciones de liquidez a largo plazo por un importe de 400.000 millones de euros, con un vencimiento de cuatro años, condicionadas a que los bancos presten a las empresas.
Concretamente, la institución presidida por Draghi informa en un comunicado que ha recortado los tipos de interés desde el 0,25% en que los situó en el mes de noviembre de 2013, hasta un nuevo mínimo histórico del 0,15%. Asimismo, también cobrará por primera vez en la historia los bancos para guardar su dinero, al situar el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito en el -0,10%, una medida que los analistas desconocen qué impacto tendrá.
Draghi ha anunciado nuevas inyecciones de liquidez a largo plazo por un importe de hasta 400.000 millones de euros, así como el fin de la esterilización de las inyecciones de liquidez con las compras de bonos, e iniciar los preparativos para la compra directa de valores respaldados por activos (ABS). Estas medidas se suman a la decisión del BCE de recortar los tipos de interés del euro hasta situarlos en un nuevo mínimo histórico del 0,15%, rebajar el tipo de interés aplicable a la facilidad marginal de crédito en 35 puntos básicos, hasta el 0,40%, y colocar por primera vez en la historia la tasa de depósitos en niveles negativos, en el -0,10%.
Draghi ha explicado que con las nuevas inyecciones de liquidez a largo plazo condicionadas, llamadas TLTROs, el BCE tiene previsto inyectar alrededor de 400.000 millones de euros en la economía. Para ello celebrará dos subastas en septiembre y diciembre de 2014 con vencimiento en septiembre de 2018. Esta medida está destinada a fomentar el préstamo a las familias ya las compañías no financieras, excluyendo los préstamos a las familias para la compra de vivienda. Draghi aseguró que el BCE tendrá mecanismos para comprobar que estas inyecciones de liquidez se destinen a la economía real. "Las entidades que no cumplan ciertas condiciones respecto al volumen de sus préstamos netos a la economía deberán devolver el dinero en septiembre de 2016”, advirtió.
En esta línea, desde marzo de 2015 a junio de 2016, las entidades podrán solicitar también trimestralmente al organismo hasta tres veces la cantidad equivalente a su crédito neto al sector privado, excluyendo los préstamos a las familias para la compra de vivienda.
Compras
Por otra parte, Draghi ha informado de que el Consejo de Gobierno ha decidido intensificar los trabajos preparatorios para realizar compras de valores respaldados por activos (ABS) para mejorar el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria.
Con esta iniciativa, se considerará comprar valores "simples y transparentes" que están respaldados por activos, teniendo en cuenta los cambios deseables en el entorno regulador, y trabajará con otras instituciones para conseguir este efecto. Asimismo, ha confirmado que prolongará las subastas de liquidez a tipo fijo a medio plazo hasta al menos diciembre de 2016 y suspenderá las operaciones de esterilización de la liquidez inyectada a través del programa de compra de bonos en los mercados secundarios.
Explicaciones
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Draghi explicó que el BCE ha adoptado esta medida teniendo en cuenta las previsiones económicas y el análisis de la transmisión de la política monetaria. El presidente del BCE asegura que con este paquete de medidas buscan apoyar la concesión de crédito a la economía real y confía en que contribuirán a que la inflación vuelva a su objetivo del 2%.
Los mercados estaban atentos a las decisiones del BCE. La reunión de junio marca el futuro de un verano en el que la actividad industrial tiende a recortarse en la mayoría de sectores. Se esperaba por ello un paquete de medidas "de calado" para favorecer el crédito, aunque se descartaba a priori un programa de compra de deuda a gran escala.
Indicadores
Los últimos datos de inflación de la eurozona, que bajó desde el 0,7% al 0,5% en mayo, y del producto interior bruto (PIB), que ralentizó su crecimiento al 0,2% en el primer trimestre, han sido fundamentales para animar al BCE a estimular la economía europea ya que es generalizada la opinión de que una inflación baja durante demasiado tiempo puede tener consecuencias funestas. Si el euro sigue a niveles muy elevados, por encima de los 1,40 dólares, la competitividad europea en su conjunto se vería afectada.
Los expertos ya han advertido de que el recorte de tipos es menos relevante que las medidas dirigidas a animar la financiación de las empresas y particulares. El BCE dejará previsiblemente la puerta abierta a medidas monetarias expansivas de mayor calado en el futuro para suavizar las presiones deflacionistas y debilitar el euro.
Fuente El País.